Recientemente se ha publicado un número de los Cuatro fantásticos (Fantastic Four, 2012, #5) de Marvel, escrito por Matt Fraction e
ilustrado por Mark Bagley, en el que los superhéroes viajan en el tiempo a la
antigua Roma. En la portada se puede distinguir a los cuatro componentes del
grupo, junto con Julio César amenazado por varios cuchillos, sin duda frente al
Senado. En una de sus páginas, dos personajes relatan a los superhéroes la
historia de la captura de Julio César por parte de unos piratas; cuando les
preguntan si realmente sucedió de ese modo, uno de ellos responde que solo
Plutarco lo sabe, que es quien nos lo transmitió (Vidas Paralelas, VI, Julio
César, 1-2). También cabe destacar la imagen de la nave surcando el cielo de
la Roma de 44 a.C. Los Cuatro fantásticos tienen una cita ineludible en la
Antigüedad: una cena con Julio César, en la noche precedente a las Idus de
marzo.

Sin embargo, no es la primera vez aventura de los
Cuatro fantásticos en la antigua civilización romana. En el Fantastic Four Flip Book 11 (Fantastic Four, 1982, #241) de Marvel
Comics (trad. por Remy Bastien, México, 1996) se detecta una fuente de poder
localizada en Wakanda, una nación ficticia, y allí se dirigen estos superhéroes
para investigarla. Junto con la Pantera Negra se adentran en la selva, pero
pronto son rodeados por varios individuos vestidos de legionarios romanos. Su
sorpresa será mayúscula cuando los conduzcan a una ciudad idéntica a la antigua
Roma. Su malvado emperador, Gaius Tiberius Augustus Agrippa, será quien desvele
la causa de tan maravilloso misterio. Cuenta que, siendo él un simple
legionario del Imperio Romano, vio una extraña luz en las afueras de la ciudad
y, al acercarse, se encontró con una nave alienígena. En ella se hizo con una
armadura dorada de la que, al ponérsela, recibió un inmenso poder. Y durante
siglos se ha dedicado a recrear la gloria del Imperio Romano. Toda la ciudad y
sus habitantes son producto del poder de esta enigmática armadura. Además, no
será sencillo acabar con él: con un simple gesto es capaz de desactivar todos
los poderes de los superhéroes. El tiempo se agota: el emperador se ha
encaprichado con Susan, la Mujer Invisible, y quiere celebrar unos juegos en su
honor: sus amigos tendrán que luchar en la arena por sus vidas.
Nicolás Giménez Doblas
No hay comentarios:
Publicar un comentario