El proyecto Marginalia: en los márgenes de la tradición clásica tiene como finalidad la exploración de la herencia cultural grecorromana en manifestaciones culturales tradicionalmente consideradas menores, por ser productos de consumo popular y estar incorporadas a la sociedad de consumo. Manifestaciones alejadas de los canales oficiales donde se produce esa cultura alternativa, donde se refugia y realimenta la tradición clásica, a través de los proceso de subversión, banalización o perversión de lo clásico: cómic, televisión, publicidad, panfleto político, música popular, y subproductos literarios como la ciencia ficción, el cuento infantil, la literatura fantástica, el relato romántico, etc.

Marginalia es un proyecto de investigación financiado por el MINECO (FFI2011-27645) y dirigido por la profesora Rosario López Gregoris de la Universidad Autónoma de Madrid. Participan en él Laura Gonzalvo Bas; los profesores Luis Unceta Gómez y Helena González Vaquerizo de la Universidad Autónoma de Madrid; Cristóbal Macías de la Universidad de Málaga; Jesús Bartolomé de la Universidad del País Vasco; Leonor Pérez Gómez y José María Camacho Rojo de la Universidad de Granada.

viernes, 15 de febrero de 2013

Si no te recuerdan, no importa lo bueno que seas






            Estamos ante un cartel publicitario bastante logrado, por algo es de Comfersa, la Publicidad Inteligente. Aparece una estatua y el siguiente eslogan “Si no te recuerdan, no importa lo bueno que seas”. Está bien pensado, porque en seguida a cualquier lector le despierta, aunque sea momentáneamente, la curiosidad de quién será ese individuo, que debió de ser tan importante como para tener una estatua. Al menos espero que el filólogo clásico, si no todos, advertirá que se trata de un personaje del mundo antiguo, y seguramente, en su caso concreto, se tomará como un reto de honor personal el lograr identificarlo.
Además, tal vez se puedan extraer tres ideas que se han intentado transmitir con este cartel:
1)      La primera es en realidad el objetivo del propio anuncio: la publicidad ha de buscar mensajes que de una manera u otra queden grabados en la memoria del receptor
2)      La segunda, es el hecho de que un breve eslogan y la imagen de una estatua son suficientes para sembrar la duda y excitar así el interés, por lo que el propio cartel ha cumplido ese primer objetivo que está publicitando.
3)      La tercera y última, es quizá la que más interesa aquí, ya que el que ha ideado el anuncio ha recurrido a un personaje famoso pero remoto, con la absoluta seguridad de que al menos la mayoría de los lectores no adivinarán su identidad a primera vista: ha optado, finalmente, por un personaje del mundo clásico. Esto podría considerarse bien como una arriesgada suposición del publicista del grado de conocimiento popular que hoy en día hay en torno a la Antigüedad, o bien, lo que parece más probable, como un reflejo de dicho conocimiento.
            Veamos ahora si lo habéis adivinado o no: se trata de la estatua de nada más y nada menos de Julio César ante la Porta Palatina de Turín, una copia en bronce de 1936.

Nicolás Giménez

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